Koh Samui

Hoy a media noche nos hemos despertado con los gritos de unos borrachos que estaban destrozando el jardín de los bungalows en Ko Phi Phi. La pobre chica que vigilaba los ha echado pero los gritos han durado un largo rato. Y es que en Ko Phi Phi la fiesta dura toda la noche ... (no puedo imaginar cómo estará la isla en temporada alta).

Nos hemos levantado a las 7: 30h de la mañana, nos hemos duchado y hemos salido a desayunar a uno de los muchísimos bares del Tonsai Village. Y a las 9h puntuales hemos salido de Ko Phi Phi con el ferry hacia Krabi, donde hemos llegado a las 10: 30h. De allí hemos cogido un taxi para 400 BHT directos al aeropuerto.

NOTA: En el mismo puerto hay muchos taxis esperando, así que no existe la posibilidad de quedarse colgado. Si no, desde Krabi town se puede coger el autobús que lleva al aeropuerto, aunque tarda más. A las 13: 45h salía nuestro vuelo hacia Koh Samui, la isla principal de la Costa del Golfo, al este de Tailandia. Hemos alucinado un poco con la avioneta (Bangkok Airways) al ver que ¡era de hélices! Sin embargo, el vuelo ha sido muy tranquilo y durante 50 minutos hemos podido disfrutar de vistas espectaculares del país desde el aire; y sobre todo del archipiélago de la Costa del Golfo, formado por el Parque Natural de Ang Thong, Koh Tao, Koh Phang-Nga y Koh Samui. Además, nos han dado de comer.

La llegada a Koh Samui es idílica; el aeropuerto está totalmente rodeado de vegetación tropical ... incluso la terminal parece un pequeño resort! Desde aquí, para ir a Chaweng (el principal pueblo de la isla), aunque se puede coger un taxi, hemos preferido esperar a ser 5 personas para coger un minibús, que nos ha costado sólo 120 BHT / persona ( 3 €). El conductor nos recomendó uno de los resorts de playa más económicos de Chaweng, el Long Beach Lodge (¿quizás porque cobra comisión?). Ya nos ha estado bien, así que allí nos ha dejado. Hoy nos apetecía pasarnos el día de relax en la playa, sin hacer nada especial ...

Hemos preguntado a los del resort los precios de los bungalows que tienen en primera línea de mar ... pero valen 3200 BHT por noche (unos 80 €), que para ser Tailandia (y en temporada baja) nos ha parecido bastante caro. Y eso que es uno de los resorts más baratos de la zona. Así que nos hemos quedado con una habitación de las sencillas, para 1200 BHT (30 €) desayuno incluido. Hemos dejado las maletas y hemos ido directos a la playa de Chaweng que, por lo que hemos leído en la Lonely Planet, es la playa más bonita de la isla. Larga y tranquila, de arena blanca, aguas cristalinas y calmadas, toda ella rodeada de vegetación tropical.

La única pega es que está llena de hamacas, motos acuáticas, barcas y otras actividades para los turistas. Incluso casetas de masajes frente al mar.  Hemos ido a tomar una cervecita a uno de los muchos bares que hay en primera línea de la costa, mientras disfrutábamos del relax absoluto. Se nota mucho que es temporada baja, ya que está todo prácticamente vacío de gente.

Y como Koh Samui es una isla vacacional completamente orientada al turismo de resort y lunas de miel, esta época no tiene tanta afluencia de gente. Pero igualmente todo está exageradamente orientado al turismo ... y los precios lo confirman; no tienen nada que ver con el resto del país. Un largo paseo por la playa, un buen baño, un poco de fruta a base de coco y bananas... y finalmente un oil massage frente al mar, mientras que poco a poco el cielo iba tapándose ... ¡Esto es vida!

Realmente este es un lugar para disfrutar del "no hacer nada"; simplemente relajarte y dejar que te cuiden. Hacia el atardecer, ya prácticamente oscuro, hemos ido a hacer un cocktail en un local de playa: The Library (que también es hotel). Aunque hubo happy hour (2×1), nos han clavado 490 BHTs por cocktail (11 €) para que los precios de la carta suman el 7% de IVA y un 10% de servicio. Es lo que hay; estamos en Koh Samui ... No teníamos intención de quedarnos demasiado tiempo aquí; de hecho, ha sido una parada obligada porque es la única isla de la Costa del Golfo que dispone de aeropuerto.

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Ana Lindner

Apasionada del deporte y de los viajes con mi compañero Grog (un pastor belga). Cuándo descubrí el Yoga por primera vez, mi vida cambió para siempre. Cree el blog de Yogatravel para compartir mi experiencia acerca del arte el Yoga y complementarlo con mis viajes alrededor del mundo. ¿Me acompañas?

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