Beneficios y contras del Yoga para Embarazadas
Tanto si llevas años practicando yoga como si nunca has pisado un shala, la práctica de Hatha yoga puede asistirte a llevar un embarazo más soportable, pero como cualquier ejercicio, tiene múltiples contras las cuales se tienen que tener en consideración.
Yoga para embarazadas
Primeramente, las nociones básicas nos afirman que es mejor interrumpir la práctica a lo largo del primer trimestre hasta que el bebé se asiente. De esta forma, en estos 3 meses puedes aprovechar para pensar, hacer ejercicios de respiración y como es natural, relajarte un poco.
El beneficio más esencial que aporta el yoga es aprender a respirar. En la práctica de cualquier estilo de Hatha yoga se pone singular énfasis en aspirar y expirar por la nariz. La respiración Ujjaji, que se practica en los estilos de Ashtanga yoga y Vinyasa Flow se efectúa cerrando la glotis, lo que genera un sonido similar a las olas del mar y ayuda a mantener tu mente calmada y concentrada. Además de esto, las exhalaciones largas y calmadas actúan sobre el sistema para relajar tu cuerpo. Aprender a inspirar y exhalar de esta forma favorecerá mucho el día que tu bebé venga al planeta.
A continuación un video de yoga para embarazadas.
Por otra parte, las posturas de apertura de cadera, como pueden ser Baddha Konasana (la mariposa) y Padmasana (el loto) son fantásticas para preparar esta zona y facilitar el parto. Es importante recordar que conforme tu bebé se va desarrollando (sobre todo en el último trimestre) el hecho de bajar el torso en estas posturas se vuelve cada vez más difícil. Si te sientes incómoda, mejor mantén tu espalda erguida y concéntrate en tu respiración: lo más esencial es que estés bien.
La secuencia vaca-gato calma mucho los dolores de espalda y de ahí que es muy recomendada para todas las mujeres, que por el peso del bebé, comienzan a padecer de dolores sobre todo en la zona lumbar, que es la que lleva todo el peso. Recuerda abrir tu pecho con cada inhalación y encorvar tu espalda - como un gato enojado - con cada exhalación. Practica esta secuencia poco a poco y apreciarás los cambios.
Es esencial eludir cualquier postura que ponga presión en el abdomen, como pueden ser las posturas boca abajo como Bhujangasana (la cobra) y Dhanurasana (el arco). Las torsiones fuertes como Marichasana tampoco resultan buenas, en su lugar, mejor puedes practicar Bharadvajasana: siéntate en el suelo (o bien en una silla) con las piernas cruzadas y gira tu torso levemente, primero hacia un lado manteniéndote en el sitio dos respiraciones y después repite la posición hacia el otro lado.
Se tiene que tener precaución con las posturas invertidas: si jamás has hecho una, este no es el momento para aprender. Si te sientes cómoda, puedes sostener en tu práctica la parada sobre los hombros, que resulta muy relajante para las piernas, pues ayuda a la circulación, puesto que la sangre se devuelve al corazón con mayor sencillez. La parada de cabeza es mejor no hacerla para eludir accidentes como una caída ocasional, sobre todo como tu cuerpo ha cambiado, tu sentido del equilibrio se puede ver perjudicado.
Para finalizar y más esencial, recuerda que tu cuerpo es tu mejor profesor, si no te sientes bien, es mejor efectuar una postura más simple o bien parar totalmente. Lo mejor es que goces de estos meses y si tienes dudas, consulta con tu maestro.
NAMASTE 🙂
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